Despertarse poco a poco por la mañana en nuestra casa rural con el trinar de los pájaros, levantarse y salir al jardín para ver cómo pacen las vacas en los "praos" aledaños y disfrutar de las vistas hacia el valle con un café acompañado de unos sobaos es uno de los placeres que no deberías dejar pasar en esta vida.